¿Cómo elegir un acolchado para personas alérgicas?

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El acolchado o cubrecamas es una parte fundamental en toda vivienda, puesto que nos acompaña a lo largo de todo el año. Según su estilo, su grosor y su potencial relleno, dependerá de si se usa todo el año o solamente por temporadas; es decir, en invierno o en verano particularmente.

A la hora de elegir la ropa de cama, hay una serie de cuestiones a tener en cuenta. No obstante, en esta ocasión, queremos hablar respecto a una que suele quedar relegada a un segundo plano, pero que hará la diferencia respecto a cómo se vive el día a día: las posibles alergias de quienes usarán el cubrecama.

Calidad de vida de personas con alergia

 

Una búsqueda permanente de las personas con alergia es mejorar su calidad de vida. Para ello, es necesario cumplir una serie de requisitos. Una de las alergias más frecuentes es a los ácaros. Estos son pequeños artrópodos que viven en las frazadas, en los colchones, en las almohadas, en las alfombras, y también en determinados muebles como puede ser el caso de las bibliotecas. Viven, en particular, en los espacios en los que es posible que se acumule polvo. Son de los más grandes responsables de las alergias.

¿Cómo incide la ropa de cama en la alergia?

 

Al dormir, generamos calor y humedad. Eso hace que las escamas se desprendan del cuerpo, convirtiendo la cama en un lugar idóneo para que se desarrollen ácaros. Cada vez que el cuerpo se duerme estando dormido, los desechos de estos se remueven y terminamos respirándolos. Por eso, para las personas que sufren de alergia a los ácaros, es posible que los síntomas empeoren durante la noche y esta es la razón.

Una de las recomendaciones principales si esto sucede es tener siempre superficies que sean lisas y fáciles de limpiar, como así también mantener una limpieza frecuente del polvo.

Entonces ¿qué uso en la cama?

 

Para estos casos, se recomienda que las mantas, cubrecamas y acolchados sean de fibra o de algodón. También se recomienda lavarlos cada por lo menos seis meses, en el caso de la ropa de cama superficial o superior. Otra posibilidad es utilizar fundas antiácaros para el colchón y para la ropa de cama en general. A veces, cuando la alergia es muy fuerte, puede ser preferible sustituir las mantas por un edredón que se pueda enfundar.

Se recomienda que la ropa de cama sea 100% algodón, preferentemente sin blanquear. En cuanto a las sábanas, estas deben lavarse una vez a la semana en lo posible, a temperatura de alrededor de 60°C. Para las almohadas, se recomienda un lavado cada seis meses. No se aconseja el uso de naftalinas ni antipolillas, puesto que desprenden productos químicos que pueden irritar y empeorar el proceso inflamatorio que de por sí genera la alergia.

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