Cuando pensamos en almohadones, lo primero en lo que solemos pensar es en la comodidad. Los vemos con frecuencia en las camas de las habitaciones tanto de personas adultas como de niños. Aparecen en los sillones y sofás y también en muchas sillas. No obstante, ¿podemos considerarlos también como un elemento decorativo? La respuesta es sí, pero, a la vez, debemos destacar que es mucho el potencial que los almohadones en este sentido. A continuación, te contamos todo lo que tenés que saber al respecto.
¿Por qué decorar con almohadones?
Hoy en día, podemos encontrar almohadones en una gran diversidad de tamaños, con diferentes rellenos que generan distintas sensaciones y con una variedad enorme de diseños, colores, formas y texturas. Esto hace que sean piezas capaces de adaptarse a prácticamente cualquier espacio, independientemente del estilo, los colores o los elementos decorativos que se hayan elegido para cada uno de estos. Tanto es así que, más que desentonar, los almohadones son capaces de reafirmar un estilo específico, de generar un contraste que provoque la existencia de un punto focal, entre otras cosas. Por eso, ahora, vamos a ver cómo decorar con almohadones en distintas partes de la casa.
Almohadones en la cama
Como ya hemos dicho más arriba, uno de los espacios más tradicionales para incorporar almohadones es la cama. Tanto si se quiere una cama elegante y romántica como si se quiere una cama alegre y llena de color, los almohadones pueden dar ese toque sin necesidad de una gran inversión o de realizar grandes cambios en la habitación.
En estos casos, lo que se suele recomendar es acudir a almohadones de telas que sean suaves, para poder utilizarlos cuando se va a dormir o también cuando se va a leer o mirar una película en la cama, para que el contacto con la piel sea cómodo y agradable. Pero, además, los diseños se pueden combinar de muchas maneras. Por ejemplo, si se quiere construir un estilo muy elegante, lo ideal es que los almohadones tengan tonos similares a los tonos de la habitación y que sean discretos. Pero, además, debemos tener en cuenta el tamaño de la cama. Si esta no es muy grande, incorporar una gran cantidad de almohadones o almohadones de gran tamaño puede ser un error que haga ver el espacio mucho más chico.
Almohadones en las sillas
Cuando hablamos de las sillas, los almohadones tienden a cumplir un rol mucho más funcional que decorativo. Pero esto no quiere decir que no se pueda poner creatividad en la elección de los mismos. Pese a que buscan lograr comodidad a la hora de sentarse, lo cierto es que los colores y texturas que se elijan para los almohadones de las sillas van a impactar en el estilo que se logre en la vivienda. Por eso, es muy importante buscar los almohadones que más se adapten al estilo y a la decoración de la parte de la casa en la que las sillas se encuentran, siendo un factor tan importante como la calidad y resistencia de la tela.
Almohadones en los sillones
Finalmente, otro de los espacios tradicionales de la casa para los almohadones es el sillón o los sillones en caso de haber varios. Si bien estos suelen ser decorativos, también pueden ser de gran ayuda para las personas que gustan de leer en el sillón, de mirar una película o que usan ese espacio para compartir y pasar tiempo con otros. En el caso del sillón, es posible permitirse algo más de libertad. Se puede combinar como así también contrastar los colores. No obstante, es muy importante que los almohadones sean elegidos acorde al tamaño de los sillones, cuidando de no excederse, para que el efecto no acabe siendo de incomodidad.